en Líbano a los hombres se les permite practicar la zoofilia, con la única condición de que los animales con los que se mantiene sexo sean hembras. Cuidado porque en caso contrario el castigo es la pena de muerte.
Las leyes islámicas tampoco permiten que los musulmanes miren los genitales de un cadáver. Ni siquiera los enterradores. Para ello, los difuntos deben llevar siempre un ladrillo o una madera cubriendo sus partes íntimas.
Escuchando "The dock of the bay" de Otis Redding
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